El buen cine (y el otro también)

Con varios de nuestros amigos compartimos un gusto particular por el cine. Entonces nos decidimos a crear este blog para albergar las diversas opiniones. Todos aquellos que quieran escribir algo sobre alguna película, que lo hagan sin prejuicios y sin escrúpulos (como nosotros lo hacemos), agregando comentarios, o a diazjavier@hotmail.com para postear una entrada nueva. No sean cobardes que la vida es corta! Romina y Javier

28 septiembre 2006

El sabor del té / Cha no aji


Japon, 2004, 142 minutos.
Siempre pensé que las películas, así como otras expresiones artísticas, son como icebergs flotando en un océano donde los expectadores somos navegantes. Algunos icebergs se muestran a simple vista en toda su dimensión, mientras que otros tan solo dejan ver una pequeña parte, pero nos dejan adivinar que algo mucho mayor se esconde bajo la superficie. Creo que esta película entra en esta última categoría. Retrata la vida de una familia japonesa que habita en la zona rural de ese país. Es una familia poco convencional, conformada por una madre dibujante de animé que busca reinsertarse en su profesión, un padre hipnotizador, un abuelo ex-dibujante y MUY extravagante, un cuñado que volvió al pueblo y se reencuntra con un antiguo amor, y los dos hijos: un adolescente melancólico y con una timidez a toda prueba que busca conquistar a una compañera de colegio aprendiendo a jugar al Go, y una niña que convive, muy a su pesar, con una amiga imaginaria que es ella misma en versión gigante. Este film combina simplicidad (con escenas algo lentas y muy buena fotografía, bastante típico del cine oriental "estilo Kurosawa"), con una dosis justa de magia y excentricidad, para dejarnos espiar en temas trascendentales como el amor y la eternidad, que se esconden en los problemas y vivencias rutinarias de cada uno de los personajes.
Es larga, pero muy recomendable para expectadores bien dispuestos!

Comentada por Alejandro Rosales.-

4 Comments:

At 5:42 p. m., Blogger Tio Lucas said...

Gracias Ale!
Esta tampoco la vimos todavía. A mi particularmente todo lo que he visto de cine japonés me gustó, desde Kurosawa y Kitano hasta las de terror como la versión original de Agua Turbia. Además sabés que nosotros somo espectadores bien dispuestos ;)
No sé al Duro cómo le resultará...
La vemos y comentamos.

 
At 12:48 a. m., Blogger Tio Lucas said...

Si definimos a la locura como una mirada distinta de la realidad, debemos reconocer que en algunos casos nutre (por no decir enseña) a aquellos que tienen la mirada “no distinta”. En este caso el loco enseña, nos invita a no olvidar esos momentos de nuestras vidas en los que la realidad se ve bien distinta a pesar de no padecer locura (o si). No olvidar nuestra niñez, lo difícil que fue crecer y superarnos; no olvidar el amor más puro, el amor adolescente ese que arrasa con nuestra vida, nos excede y nos arrastra como una marea tormentosa sin que nada podamos hacer para sosegarlo; no olvidar el amor profundo, ese que nos marcó para siempre; no olvidar el deseo, no postergarlo más; no olvidar la belleza, la que nos rodea, la que llevamos dentro y la que generamos...

 
At 7:36 a. m., Anonymous Anónimo said...

El sabor del té; sabor de contemplación interior y exterior, de fantasía, de crecimiento, de silenciosa unión familiar. Para lograr un buen té hay que dejarlo reposar, para tener una buena vida también...
La pequeña de la familia necesita deshacerse de una triste fantasía que la oprime inhibiéndola. Se siente minúscula junto a su doble gigante que la observa seriamente. Si logra dar una vuelta atrás la hará desaparecer y podrá sonreír. Cada uno en esta familia tiene una vuelta atrás pendiente para atravesar diferentes fantasmas y sonreír. El abuelo ya muerto les deja marcado el camino, cada cual recibe su dibujo, cada cual con su verdad.

 
At 11:51 p. m., Anonymous Anónimo said...

La extravagancia de lo simple...

 

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