Días de perro / Dog Days

Tal vez sea otra forma de decir “días de mierda”. La única que sonríe es la loquita que ama viajar en auto escuchando la música que lleva en su bolso, hasta que se terminaron los encuentros con gente buena.
Una mujer sale de una orgía como cada uno de nosotros sale del gym, va a su armario, se viste y le lleva flores a su hija muerta. Se cruza con su marido sin saludarse.
Otra mujer entrada en años, se depila el vello del pubis mientras prueba poses eróticas ante el espejo esperando a su amante. Llega acompañado.
Un hombre mayor, viudo y gordo, coloca su máquina para cortar el pasto junto a la pared de donde vienen los gritos de pelea de sus vecinos y se encierra en su casa. La mujer que lo ayuda en la casa se prueba ante él la ropa de su esposa muerta. Envenenan a su perra guardiana.
Una pareja de jóvenes discute, él grita, cela, dice que todas las mujeres son iguales, putas. Ella es rubia, alta, muy delgada, no come, no habla. Se juntan, hacen el amor en el auto, él le tira del cabello, ella corre.
Algunas mujeres muestran posiciones de goce masoquista, para lo cual trabajan mucho, no son pasivas, todo lo contrario. Aunque genere polémica; implica mucha actividad quedar ubicadas en lugares de desecho, maltrato, humillación y asegurarse un día de mierda, día de perro, día de perra.
Hombres que haciendo y diciendo no dejan de ser satélites cuyo centro es “la mujer”, vivas y muertas, jóvenes y viejas, buenas y malas, gordas y flacas, locas y cuerdas, madres y putas. Mujeres.
Hombres y mujeres enredados en vidas perras con días de perro.
Romy Jones